Con frecuencia usamos estos términos, son tan usuales que desde pequeños nos dicen: sueña, desea, anhela cosas y algún día de acuerdo a tu fe y perseverancia las lograrás; a esto podemos llamarle visión, “algo que deseamos, lo cual está diseñado y estructurado en nuestra mente para que sea ejecutado en un corto, mediano o largo plazo”, es interesante esto, aún las instituciones públicas como privadas tienen esta sección en su descripción.

La vida se compone de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos, el pasado no importa mucho, pero a veces es tan cruel lo que nos pasó  o lo que hicimos,  que ese mismo pasado cobra peaje en el presente para saltar a un buen futuro.

Es necesario que toda persona sueñe y anhele, un día leí en algún lugar “sueña y llegarás lejos” ya que se supone todo en la vida empezó así; esto es bueno mi estimado lector,  si quieres lograr cosas importantes en la vida, siéntate, analiza que deseas para tu futuro, después  mira que tienes y que te falta para lograrlo; teniendo esto en mente, disponte a conseguir lo que deseas, luchando y buscando medios para obtenerlo.

La visión es buena, y el ser humano que  no tiene algo pensado para sí, es un ser vacío que vive sin un rumbo o una meta que alcanzar, por eso hoy la invitación es para que pienses y sueñes, pero ¡cuidado!, esa visión puede convertirse en ambición de un momento a otro, en el mismo momento donde dejes a un  lado a tu prójimo y te encierres en el deseo individual de tener todo para ti, sin importar el cómo y qué debes hacer para tenerlo.

Las personas ambiciosas desean todo para ellas, quieren que lo que tienen sea mejor a la de los demás, se desarrolla en ellos un espíritu de competencia (no de competitividad) y de querer ser únicos en el mundo, es decir, si existen triunfos solo serán ellos quienes los alcancen.

La visión es algo de integridad personal y logros personales que sirvan a una colectividad, los ambiciosos quieren a la colectividad sirviendo a su individualidad, ahí está la diferencia de estas dos palabras tan parecidas y que solemos confundir diariamente.

Sé visionario más no ambicioso; los visionarios construyen, los  ambiciosos destruyen a su paso.