Octubre 20 de 2011
MI PUEBLO FUE DESTRUIDO, PORQUE LE FALTÓ CONOCIMIENTO

"Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento..." Oseas 4:6a

En estos días de gran fragor por el tema de la ley 30 y la reforma que quiere imponer el gobierno de santista al pueblo colombiano, me sorprende que una vez más la iglesia cristiana esté en silencio como inadvertida frente al tema. Resulta irrisoria la actitud de aquellos que tan comprometidos con el Reino de Dios le han dado la espalda a la realidad concreta del pueblo, de aquellos que pensando en abstracciones y espiritualidades se han aislado del mundo, en otras palabras, se han deshumanizado. Y resulta irrisoria dicha actitud, porque precisamente lo que Jesucristo hizo fue humanizarse y ahora nosotros queremos divinizarnos.

Sin embargo, no quiero centrarme en una crítica a la iglesia que bien fácil si resulta ser. En mi proceso como estudiante de teología siempre me he preguntado (y me han preguntado) el para qué sirve la teología, ¿la Biblia dice algo que atañe a nuestro contexto actual?, ¿Acaso el teólogo es util en la sociedad? Pues bien, sin querer dar respuestas definitorias a tan complejas preguntas, si quiero hacer referencia a unos textos bíblicos que de algún modo aportan a la comprensión de nuestro contexto actual y que, ojalá, sirva de fundamento para nuestro compromiso social.

Los profetas usan la expresión fornicar en dos acepciones, a saber: 1. La fornicación física 2. La fornicación espiritual.

Sobre la primera no quiero comentar porque no viene al caso, sin embargo, la segunda creo que es de total importancia. La fornicación espiritual es denunciada por los profetas cuando los gobernantes del pueblo de Israel o Judá se aliaban con otros pueblos y asumían ídolos ajenos. De este modo, traicionaban a Jehová que era (y es) el Dios de ellos.  Es curioso que Colombia esté en una situación parecida. Asumamos que Colombia es Israel o Judá y que Estados Unidos es la nación aliada; esa alianza resulta en una traición a la patria porque nos hace ingresar en un sistema capitalista neoliberalista y vivir subyugados al dominio de los estadounidenses bajo un ídolo específico, a saber, el dios Mammon (el dios del dinero). Esto es para hablar sobre el TLC que claramente es una traición al pueblo colombiano.

Pero bueno, mi interés aquí es la educación y se preguntarán ¿por qué está hablando del TLC cuando el tema es la educación? La respuesta es sencilla, porque el gobierno quiere convertir a la educación en un negocio y con el TLC se impulsa ese espíritu que deja de lado aquel Derecho a la educación, para convertirlo en un privilegio de pocos. ¿Cómo que es un privilegio de pocos, acaso no existen créditos para las estratos más pobres? ¡Claro! crédito que sólo podrá ser pagado en el triple del tiempo que se utilizó estudiando, de tal modo que lo que estudiaste en 5 años lo podrás pagar en 15 años. ¿Quieres vivir endeudado 15 años, sabiendo que las ganancias de tu trabajo son para entidades prestadoras?

A propósito, un amigo mío también me hizo caer en cuenta de un texto bíblico que habla acerca de los créditos:

Romanos 13:8a "No debáis a nadie nada"

Levítico 25:35-37 "Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tu lo ampararás... no tomarás de él usura ni ganancia... no le darás dinero a usura, ni tus víveres a ganancia".

Interesante cómo la Biblia nos enseña que debemos tratar a los pobres, muy distinto de lo que nos está enseñando el gobierno santista. 

Ahora bien, ya hice una alusión a la ley 30. Pero es preciso que haga otra alusión de manera más cruda. La ley 30 y la reforma que propone el gobierno santista para los colombianos, básicamente se resume como privatización de la educación colombina. Esto significa que para acceder a la educación 1. Se necesite dinero 2. Se aprenda lo que el Ministerio de Educación colombiano, junto con los aliados (USA) quieran enseñar.

Ya expuse cómo lo del dinero se soluciona con créditos, según nuestro querido presidente Santos.

Pero ¿qué implicaciones tiene el segundo punto?

En pocas palabras, lo que desea el poder imperial (USA) y el gobierno (con todas las élites colombianas, es decir, los ricos) es tener obreros que produzcan. Como escuchaba decir a un estudiante, lo que se quiere es enseñarnos a oprimir un botón de una máquina. De este modo, los estadounidenses nos venderían sus máquinas ya que nosotros no las sabremos crear, ya que sólo hemos aprendido qué botón oprimir (seguramente ni sabremos para qué oprimir cierto botón, sólo obedeceremos la orden "oprima"). O como escuchaba a otro estudiante "es que para ser minero no se necesita saber mucho", por esta razón la minería se está convirtiendo en una fuente potencial de trabajo sin importar las implicaciones sociales, ambientales y económicas que traiga ésta al país. Porque ciertamente aunque son obreros colombianos los que sacan el mineral, lo están sacando para las empresas extranjeras que luego nos los venden a precios elevados. ¿Es esto justo? 

Sin entrar todavía al tema de la justicia, si quiero resaltar el versículo introductorio.

"Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento..." Oseas 4:6a

Colombia es una nación que está camino a la destrucción por la negligencia de los gobernantes y por la ignorancia del pueblo. ¿Dejaremos que esta destrucción nos llegue o haremos algo al respecto? Por esta razón y contra los propósitos del gobierno santista, es necesario declarar que como cristiano, hijo de Dios, no estoy dispuesto a dejarme plagar por la ignorancia y haré lo que esté en mis manos para que el pueblo colombiano no se suma en la ignorancia, en la falta de conocimiento.

Y si alguien todavía me pregunta el por qué reacciona un teólogo de tal manera frente a un tema tan irrelevante para el cristianismo, entonces cito:

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su JUSTICIA...". Mateo 6:33a

Por: Daniel Tapiero