Marzo 18 de 2012
ESTAR CONTIGO
Andar caminando de la mano de un ser querido es la experiencia más grata que alguien pueda experimentar, es profunda la alegría que llena el ser por completo en esa vívida, simple y particular experiencia. Es grato disfrutar bajo la lluvia una danza sin pasos, sin reglas ni movimientos específicos, donde se sienta el fluir del sentimiento que agoniza por salir de adentro.
Esta es la experiencia de estar con alguien, de acompañar a alguien, de vivir con alguien a quien amas profundamente. No son necesarias las palabras, no es necesario pensar demasiado, no son necesarias largas elucubraciones, no es necesario hacer un gran esfuerzo para saber que ese es el lugar donde quieres permanecer por siempre.
No importa si el imponente sol alumbra con toda su fuerza, no importa si es la luna la que se esconde y esconde las estrellas, no importa que la lluvia caiga estrepitosa sin decencia, no importa si las gentes salen a burlarse de lo que no han podido conseguir, no importa si los pájaros dejan de cantar, no importa si a los niños les da por llorar, no importa nada porque sabes que estás con quien jamás podrás vivir tranquilo si no está.
¿En qué momento sucedió? Tal vez no te diste cuenta. Simplemente un día supiste que esa era la persona que tanto querías. La que te sacaba sonrisas y con la que llorabas tus (y sus) tristezas. La que te regañaba por tus imprudencias y te aplaudía por tus bellezas. La que te aconsejaba y la que te dejaba decidir. La que a pesar de todo, siempre estaría contigo; claro, siempre y cuando tus acciones demostraran el amor que tanto le proclamabas.
Lo curioso es que precisamente Jesucristo, Dios mismo, quiere que lo acompañes, que estés con él; pero al parecer a ti no te importa. El ser más importante, el ser de seres, el sersísimo, quiere estar contigo y tú cómo respondes.
En Marcos 3:14 dice: “y estableció a doce, para que estuviesen con él…”. Jesús llamó a sus discípulos para que estuviesen con él y así mismo te llama para que estés con él.
No importa saber mucho, conocer demasiado, no importa el clima, la hora o el día. No importa nada, lo único que importa es que Dios quiere estar contigo. Dios quiere ser tu amigo. Dios quiere que no importe nada más, sólo la compañía entre ustedes.
Por: Th Daniel Tapiero.
Doy crédito al Pastor Luciano Jaramillo por sus enseñanzas sobre el tema.
|